martes, 5 de julio de 2011

Ese calor, sólo detenlo.

Y si supieras que tu calor me agobia.
No entiendo por qué lo niegas.
¿Podrías detenerte?
Por favor, detente.
Mis pulmones se llenan de algo, 
ya ni siquiera sé de qué.
Mi cabeza reclama: ¡Invierno!
Algo en vos me desespera.
Nunca puedo superarlo.
Por favor, detente.
El calor es dulce.
No, ¿que estoy diciendo?
El calor aniquila.
Por favor, detente.
¿Que más pretendes tomar?
Las mariposas ya han muerto,
mi estómago está, ahora, vacío.
Y ni siquiera tengo uñas.
Tu calor, es sólo tu calor.
¿Puedes detenerte?
¿Podrías detenerte?
El calor, ahora es amargo.
No mata, sólo me consume
no golpea, a estas alturas, me acaricia.
Es algo que no asesina.
Sólo lleva al suicidio
No quiero caer todavía,
por favor no me lleves.
El calor,
podría soportarlo.
¡No!, es mentira.
Calor. Detente.
Por favor, sólo detente.


Tenías razón, podrías dominarme.
Me rindo, pero sólo detente.

Ahora no importa. Suspiro.
Es tarde. Me hiciste caer.
Y el calor, ese calor.
Sólo quería que lo detuvieras.


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